Un Adiós

No puedo decirte adiós, no quiero. Necesito pensar que algo de ti siempre vivirá en nosotros. Me quedo con tus trucos de magia, con tus chistes, con tus disfraces, con tus pinceladas de mil colores.

Me quedo con tu preciosa manera de ver el mundo, con la ilusión que nos transmitías por las pequeñas cosas, tus ganas de fiesta y de celebrarlo todo.

Me quedo con el calor de tu compañía, tu orgullo de abuelo, tus tiernos besos y tus amorosos cuidados y mimos, esa necesidad tuya de ayudar a los demás para sentirte feliz.

Me quedo con tus consejos sabios, con las conversaciones infinitas, con nuestra cómplice mirada y tu risa contagiosa.

Me quedo con la frase con la que te despedías siempre, “no te olvides de pasarlo bien”.

Me quedo con tu fuerza y tu alegría.

Me quedo con todo, pero sin ti.

Te quiero papi.

Carmen Cancela Barreiro